domingo, 20 de enero de 2008

museo de la mineria

Museo de la Minería y de la Industria - MUMI in english Baja a la mina
La riqueza del subsuelo asturiano ha determinado el desarrollo, los conflictos sociales, la economía y las tendencias políticas de toda Asturias. Aunque el sector minero se fue implantando en las llamadas cuencas mineras del Caudal y del Nalón, todo el Principado dependió de alguna u otra forma de los avatares de la minería. Aún en la década de los 90 del siglo XX, después de que la crisis minera viniese obligando a una gran reestructuración desde los 70, incluyendo la destrucción paulatina de empleo, uno de cada cuatro trabajadores asturianos seguían dependiendo directamente de la minería.
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Hablar de minería es, por tanto, hablar de Asturias. Durante más de dos siglos el Principado ha aportado entre el 50 y el 70% de toda la producción nacional de hulla, siendo una fuente de energía básica en España desde la mitad del siglo XIX a finales del XX. En este contexto industrial, tan relevante para toda la sociedad asturiana, es donde cabe ubicar la importancia cultural de un Museo como el MUMI (Museo de la Minería y de la Industria), construido en El Entrego (San Martín del Rey Aurelio) en 1994 y que se ha convertido en el museo por excelencia del Principado, siendo el más visitado de toda Asturias, con unas instalaciones y contenidos excepcionales y actualmente complementado con el Museo de la Siderurgia (MUSI), en Langreo.
Ha logrado con éxito la difícil misión que le fue encomendada: catalogar, explicar, analizar y divulgar el patrimonio minero en todas sus vertientes y dimensiones; desde las luchas de poder a la confección de los primeros explosivos; dar a conocer las fechas fatales y las deflagraciones provocadas por el grisú a la vez que componer y profundizar en las reuniones de camarería que acontecían cotidianamente en los pozos…
Desgraciadamente, son muchos los asturianos que tienen en su recuerdo algún familiar, vecino o amigo que ha perdido la vida en alguna mina o que ha quedado afectado por alguna dolencia crónica. El trabajo duro, las galerías angostas también han sido recreadas en el MUMI de una forma excelente. La Mina Imagen es una recreación milimétrica de las condiciones en el trabajo y de los secretos de la mina real, del trajín obrero y de los amenazantes silencios que se apoderaban del subterráneo. El visitante podrá acceder a este lugar a través de un ascensor hidráulico que simula una jaula descendiendo a unos 600 metros de profundidad. En todo momento la visita es dirigida por mineros profesionales. Bajar a la mina, con la garantía de que estamos a salvo, no nos coloca directamente en el pellejo de los mineros pero ayuda a comprenderlos. Descubriremos todos los sistemas de arranque, extracción y transporte del carbón bajo tierra. A la vez que caminamos por las galerías iremos constatando la evolución tecnológica en el interior de la mina: talleres subterráneos horadados por el trabajo del minero, las rozadoras, los cepillos y otras técnicas intrusivas. Nos pondremos el casco y emprendemos un trayecto inolvidable a las entrañas de la más propia “subcultura”.
El MUMI se asienta sobre la escombrera del pozo San Vicente, a orillas del río Nalón, un pozo que fue autogestionado por el SOMA en los años treinta. El edificio ocupa una parcela de 27.000 metros cuadrados y sus dependencias 5.000. Consta de dos plantas que albergan colecciones temáticas y cientos de piezas de valor entre las que encontramos una máquina de drenaje del siglo XV accionada por la fuerza humana, una máquina de vapor con cabrestante de extracción eléctrico de principios del siglo XX; maquetas de las máquinas de vapor de Newcomen y Watt; colecciones de minerales asturianos, colecciones de cartografía, topografía y química; fotografías, datos, historias sobre el carbón y los mineros. La casa de baños reproduce no sólo los elementos sino también el ambiente de esa dependencia que es paso obligado a la entrada y salida del pozo, en la que los mineros hablan de cosas cotidianas y que desde antaño también es el espacio más recurrente de la agitación sindicalista. Nos acercaremos a una de las mejores colecciones históricas de lámparas de mina, a la enfermería, nos detendremos para observar la Brigada de Salvamento, los laboratorios químicos, la Casa del Explosivo, en la que la fabricación de pólvora y ácidos fulminatos va conformando un interesante espacio dedicado a la industria química.
La historia de la minería está presente a lo largo de las cuidadas y surtidas instalaciones del MUMI. La consolidación minera en Asturias se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, cuando los ilustrados de la época fomentaron la extracción de hulla para hacer progresar económicamente al país. Anteriormente, en la zona central de Asturias los campesinos extraían el carbón de manera artesanal en los filones que afloraban a ras de tierra en los concejos de Siero y Langreo. Poco a poco, el capital nacional e Internacional funda compañías extractoras y comienzan a proliferar los pozos mineros en las dos grandes cuencas del centro de Asturias. Cuencas en las que el carbón se había ido gestando en un largo proceso geológico de sedimentación, favorecido por la presencia de un ambiente con mucha vegetación, que junto con un clima muy lluvioso, constituye la materia prima para la formación del de este mineral.
El ferrocarril de Langreo a Gijón, uno de los hitos de la industria Asturiana, se inaugura en Agosto de 1853. El tren transportaba unas 103.000 toneladas anuales mientras que la Carretera Carbonera llegaba a las 34.000; esto supuso el despegue de la producción. En 1850 se exportan 60.000 toneladas, en 1890 fueron 620.000.
En este último año, 1890, se produjo la primera huelga general que duró dos semanas para reclamar la reducción de la jornada a 12 horas y un aumento de los salarios. Desde entonces la fama y la fuerza reivindicativa de los obreros va en aumento.
El movimiento obrero de esta época se articula a partir de 1910 con la fundación del S.O.M.A. (Sindicato de Obreros Mineros de Asturias) por Manuel Llaneza. En 1919 el 84,5% de los mineros estaban afiliados a este sindicato. En 1920 había en Asturias 34.000 mineros.
La mina asturiana escribió también con tinta imborrable parte de la historia de nuestro país. El 4 de Octubre de 1934 el Comité Ejecutivo Federal del PSOE decreta una huelga general en toda España como protesta de la entrada en el gobierno de ministros cedistas, pero en Asturias se convierte en toda una insurrección armada. Durante quince días las fuerzas del PSOE, UGT, CNT, PCE y BOC toman el poder en el centro de la región organizando un Estado Revolucionario. El Gobierno Central envía a la Legión y a los Regulares moros a sofocar a los revolucionarios. Tras duros enfrentamientos, los mineros asturianos deponen las armas. La represión se adueña de las cuencas mineras y unas 10.000 personas son encarceladas, siendo cientos los torturados y ejecutados.
En Asturias la Guerra Civil también alcanzó una gran virulencia debido al rencor existente desde la revolución de Octubre del 34, siendo la segunda región con mayor numero de muertos. Asturias resistió hasta octubre de 1937, fecha en la que los militares nacionales la ocupan. Comienza entonces una brutal represión: unos 4.000 ejecutados y más de 30.000 encarcelados, constituyendo los mineros la mayor parte de ellos.
A pesar de todo, hasta los años sesenta la minería asturiana vivió una buena época productiva, pero a partir de entonces la crisis comienza a hacerse patente y los empresarios piden al Gobierno la nacionalización de sus empresas ya que las pérdidas eran enormes. La solución fue la entrada del INI en el sector hullero, creándose el 9 de Marzo de 1967 Hulleras del Norte Sociedad Anónima (HUNOSA).
En 1980 el Gobierno y HUNOSA acuerdan llevar adelante los planes para reducir el peso de la minería en Asturias. Estas fechas coinciden también con las crisis del sector naval y siderúrgico. La situación es muy grave y Asturias pasa de ser la sexta región española (en 1955) en renta per capita, a ser la vigésimo primera (en 1985), y con una tasa de paro superior a la media nacional.
Arqueología industrial en los Valles Mineros
El proceso de industrializacion en las cuencas mineras trajo un incremento desproporcionado del número de habitantes en esta zona, así como la alteración incontrolada de las construcciones, tanto civiles como industriales. Esto dio como resultado que los espacios habitados tengan hoy en día elementos característicos irrepetibles en otro lugar, como los castilletes de los pozos, las fábricas, las naves, las viviendas obreras, etc... El modelo industrial de los Valles Mineros: carbón, vapor y acero, ha llevado a un proceso de recuperación en el campo de la arqueología industrial señero en todo el país. La presencia y el éxito de visitantes del MUMI y la señalización de rutas industriales ha propiciado una recuperación de un patrimonio subestimado y olvidado, cuyo valor supera todas las expectativas.
Los dos ríos paradigmáticos, Nalón y Caudal, son el mejor hilo conductor para poder seguir el patrimonio de la industria y la minería.
Itinerarios básicos
1) Valle de Samuño: Ciaño-Traselcantu-Puente Carbón-Poblado e instalaciones mineras de la Nueva.Duración aprox. 3 horas. Senderismo o automóvil.
2) Laviana: Entralgo-Canzana-Meruxalín-polígono del Sutu. Duración aprox. 3 horas. Senderismo.
3) Valle del Caudal: Ujo-Poblado de Bustiello-Moreda-Boo.Duración aprox. 4 horas. Recomendable para realizar en vehículo.
4) San Martín del Rey Aurelio: El Entrego-MUMI-Campa l´Abeduriu. Duración aprox. 5 horas. Recomendable para realizar en vehículo.
5) El Entrego: Pozo Entrego-Casa de los Nesprales-Mina del Socabón-Lámpara Minera de Bédavo. Duración aprox. 2 horas. Ruta urbana.
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