miércoles, 16 de enero de 2008

DIAÑU BURLON

Asturias es uno de los sitios mágicos de España, ven y pasea por sus bosques; quien sabe, quizás durante la noche de san xuan te hechice una xana, o un pastor, y no puedas abandonar nunca más estas tierras...
En algunas ocasiones se presenta en forma humana, generalmente de niño indefenso, (como la historia común de la aldeana que lo encuentra llorando en la caleya y lo lleva a casa, calentándolo en el llar y dándole de mamar, a lo que el ingrato responde, escapando por la "garmayeira" y gritando con risa burlona: "Ajajá, que comí sopes; ajajá, que les comí; ajajá, que te ví el cú; ajajá, que te lu ví"). Aún así, es más común que adopte formas animales, siendo habitual las de cabrito (así nos lo contó una vieja abuela ya fallecida en Puerto de Vega, pues en un concurrido baile que se hacía en una casa del pueblo se presentó un alto y guapo mozo y todas querían bailar con él, hasta que una de las mozas le vio la pata de cabrito y todas echaron a correr y él se desvaneció en el aire, como si hubiese sido un mal sueño); cerdo (hemos recogido en el mismo lugar la leyenda de que una mujer pobre y con muchos hijos encontró un "gochín" sin dueño y lo llevó a casa y lo metió en el cubil y, al día siguiente, cuando le quiso "echar la caldada"; es decir, las sobras de comida, el "gochín" se había esfumado; y de burro (el cuento más conocido y más difundido por toda Asturias es el del aldeano que va a montar en su burro, que se niega a andar y ya cuando logra que camine, éste lo derriba en un lodazal, mientras se levanta de patas y ríe, diciendo: "Tiruli, tirulo, ¿cómo ténes el culo? El paisano, airado, lo llena de palos, mientras le responde "Tirulí, tiruleyas, ¿cómo tán las tus orellas?". En Ponticiella, según Alfredo Álvarez, se le apareció uno al cura cuando iba para Trabada, pero, sabedor que era un diablo, se deshizo de él diciéndole "Jesús, María y José".
En la íntima creencia popular, aún quedan los temores a la acción malévola del diaño diañu burlon

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